Siempre había pensado que para tener resultados
duraderos y estables era importante tener unos buenos cimientos. Entendiendo éstos
como la base donde se apoyará y se fundamentará todo el crecimiento posterior.
Siguiendo con el plan de formación como buceador, ha quedado en evidencia algo
que venía sospechando, la formación más importante, la base inicial, ha
sido impartida de forma incompleta.
Y todo ello debido a una mala, incluso me atrevería a decir negligente
instrucción. Ya que ha primado el objetivo comercial puro y duro de hacer caja
antes que los intereses del cliente, es decir, su aprendizaje. Pero no hablamos
de registrar el ingreso de una venta de naranjas. Si no hablara de buceo, no estaría
escudriñando de que se trate de
una estrategia más o menos acertada..... gracias a que es una actividad que en su práctica
recreativa tiene unos amplios mecanismos de seguridad, y que con un poco de
sentido común y buen juicio, es muy difícil meterse en problemas.
Hasta ahora he ido solventando las carencias como
buenamente he podido, gracias a una actitud perseverante de mejorar y dominar
las técnicas, dedicando inmersiones enteras a realizar probaturas y ejercicios
por mi propia cuenta.
En mi caso me he encontrado en esta fase
inicial de todo, tanto buceadores como instructores, y también he de decir que
hay personas muy preparadas y también muy cualificadas para la enseñanza. Son éstas las que
delatan las vergüenzas, porque además tal y como nos cuesta reconocer nuestros
errores y deficiencias ante los demás, solemos actuar prefiriendo ser unos imbéciles valientes
antes que ser vistos como torpes o inexpertos.
Yo he preferido por mi propia salud
reconocer que en esto del buceo soy un principiante. Que me gusta mucho y que
tengo la voluntad de seguir aprendiendo. Que cuánto más domino la técnica, más
disfruto. Que me queda mucho por aprender y experimentar. Y con las pocas
zambullidas que tengo, he aprendido que para ser un gran buceador no basta con que
tener 500 o miles de inmersiones, o disponer de una certificación determinada,
sino ser humilde y reconocer en todo momento cuales son las limitaciones y
esforzarse por llevar esa frontera cada día un poco más lejos. Los mejores
cimientos, quizás empiezan por uno mismo, en la consciencia y en el propósito.