| Adán y Chema en la inmersión |
El viernes catorce de diciembre salimos a bucear con Buceo Sur, nuevamente se encargó Adán de hacer las reservas oportunas y de transmitirnos a los demás la hoja de ruta para el día. Un mal entendido hizo que termináramos esta vez con nuestros vehículos en Arguineguín en lugar de bajar en el transporte del club. A pesar de ello, todo en hora como es de costumbre con esta Empresa.
Una vez preparados los equipos, nos dirigimos hacia la primera inmersión, en los Pecios de Mogán, frente al puerto del mismo nombre, de profundidad media, pillamos buena visibilidad y nada de corriente. Asegurado el cabo en la bolla grande y tras un pequeño briefing, nos terminamos de equipar y descendimos para dirigirnos hacia el pecio que se encontraba más lejos y a su vez más deteriorado para luego atacar el que se encuentra mejor conservado y además justo donde habíamos fondeado, para terminar la inmersión cerca de la lancha.
| Foto para el recuerdo |
Nada más descender, la primera sorpresa fue la agradable visita de un obispo de gran tamaño. Prácticamente estuvimos una hora de fondo, y a todos salvo al italiano nos quedaba aire para rato pero tras las indicaciones de David la abandonamos, para que no nos penalizara en la segunda inmersión. Claro está, sin antes dejar prueba de que habíamos estado allí tomando alguna que otra instantánea para el recuerdo como la de Chema y Adán sin regulador junto a unos patos que habría dejado por allí no sabemos quien, y de haber visto con tranquilidad y tiempo suficiente ambos pecios. El agua ya se nota fría para el tiempo de inmersión que estuvimos y los trajes de cinco milímetros sin más protección que la capucha.
| Chema |
Una vez realizado el período de descanso entre inmersiones y tomar algunas calorías en forma de comestibles y bebestibles, volvimos a prepararnos, esta vez para la nocturna que teníamos planificada en la Baja de Pasito. Se habían caído de esta los dos italianos.
Era la primera ocasión que Buceo Sur hacía esta inmersión nocturna, según nos comentó David posteriormente en la deco dos.
| Adán |
Está claro que las nocturnas tienen su aquello especial, por los colores y por lo selectivo que nos convertimos con nuestra forma de ver los entresijos marinos. No dan pie al despiste, dependemos del haz de luz de nuestras linternas y por mucho que nos afanemos, nos concentramos allí donde dirigimos el foco.
| cangrejo araña, en la nocturna |
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